Dicen que cuando una pareja se rompe uno siempre sufre más que el otro, pero en el caso de Ashton Kutcher y Demi Moore, recientemente divorciados, esta teoría se cumple de modo exagerado y hasta cruel.
Mientras la actriz de 49 años era ingresada el lunes 23 de enero "por abuso de sustancias" y se informaba de que a partir de ahora tendría que recibir atención médica a causa de su agotamiento físico, Ashton Kutcher se lo pasaba en grande en Brasil; como prueba de lo cual colgaba una fotografía en su perfil de Twitter 'surfeando' en las calles de São Paulo bajo una intensa lluvia.
A la salida de un local de copas, el actor no quiso hacer ningún tipo de declaración a la prensa que se arremolinaba en la puerta para preguntarle sobre este episodio. Tampoco ha comentado, de momento, nada al respecto en su perfil, en el que cuelga absolutamente todo lo que se le pasa por la cabeza.
Eso y que en el grupo que se metió en dos coches hubiera una belleza rubia ha disparado las críticas por la actitud de Ashton con respecto a la que ha sido su esposa hasta hace cuatro días como quien dice.
Ella triste, él tan fresco
Desde que anunciaron su separación, el pasado mes de noviembre, cada uno de ellos ha evolucionado de una manera bien diferente.
Demi declaraba en su momento su "gran tristeza y pesar" por acabar seis años de matrimonio al tiempo que adelgazaba a pasos agigantados y lucía muy desmejorada, algo que ya venía arrastrando desde que comenzaron los rumores de crisis en la pareja.
Por su parte, Kutcher ha sido visto en mil y un locales nocturnos; además de reflejar su felicidad (al menos aparente) en la misma red de 'microblogging'.
Desde que rompió con Moore, con la que intentó volver regalándole un coche y de la que dice guardar un bonito recuerdo en su corazón, ha estado en Roma, Las Vegas, Texas... y ahora en Brasil, donde ha asistido a la Semana de la Moda y ha salido a quemar la ciudad varias noches seguidas.
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