lunes, 28 de febrero de 2011

Kirk Douglas y Billy Crystal brillan en los Oscar 2011

Frente al vacío entusiasmo de los excesivamente encorsetados James Franco y Anne Hathaway, fueron dos viejos rockeros de Hollywood, Kirk Douglas y Billy Crystal quienes pusieron la sal y la pimienta en la gala de los Oscar.

Gritaron, cantaron, bailaron, se esforzaron, sudaron, se pusieron en ridículo, lucieron palmito, lo dieron todo... pero no engancharon. Anne Hathaway y James Franco, la pareja de maestros de ceremonias que cogía el testigo de Steve Martin y Alec Baldwin, estuvieron sosos y sin chispa en una previsible y que no deparó grandes sorpresas.

Con la elección de Franco y Hathaway -dos de los rostros y cuerpos más deseados de Hollywood- los productores querían enganchar a la audiencia más joven a una ceremonia que cada año lucha contra el sopor y el hastío generalizado. Y curiosamente fueron las viejas glorias y los veteranos de guerra de las trincheras del celuloide quienes lograron hacer durante algunos minutos más llevadera la gala de las galas.

UN GALÁN DE 94 AÑOS

El momentazo de la noche se vivió con Kirk Douglas sobre el escenario. Y no solo porque cuando le dio el Oscar a la mejor actriz de reparto a Melissa Leo esta se desmarcó con el primer fucking de la historia de la Academia, sino porque, a sus 94 años, no se privó de nada.

El tres veces nominado y ganador del Oscar Honorífico en 1996 tuvo tiempo de reírse de Franco y de coquetear con Anne Hathaway. "Me alegro de que hayas salido de la cueva. Tienes mejor aspecto", dijo nada más llegar al escenario con su bastón dirigiéndose a James Franco y su papel en 127 horas.

Luego, el protagonista de Espartaco o Senderos de Gloria, sacó al galán que todavía lleva dentro y no escatimó piropos para la presentadora y para las cinco nominadas al Oscar a mejor actriz, premio que iba a presentar. "¡Ella (Hathaway) es guapísima! ¡Guau! ¿Dónde estabas cuando yo hacía películas?", se preguntaba el actor que se confesó como un fan irrecuperable de todas las "mujeres bonitas".

En su presentación, que alargó deliberadamente más de lo habitual -estaba en su salsa el bueno de Kirk- también tuvo píldoras para otros protagonistas de la gala antes de anunciar a la actriz ganadora. "Hugh Jackman se está riendo. Yo no sé por qué todo el mundo en Australia piensa que soy gracioso. Colin Firth no se está riendo. Es británico", afirmó desatando las carcajadas en la platea.


Y antes de entregarle la estatuilla a Leo, no dudó en pellizcar a la actriz para que esta saliera de su asombro. Un grande de Hollywood que demostró que no hay guión ni performace musical que pueda igualar al ingenio y el donaire de los mitos de antaño. Eso tan deseado que, simplemente, se tiene o no se tiene.

EL REGRESO MÁS DESEADO

Otro que demostró que quien tuvo retuvo fue Billy Crystal. En su regreso a la gala, que no pisaba desde 2004, el mejor maestro de ceremonias de las últimas décadas -con permiso del gran e irreverente Ricky Gervais, al que Franco y Hathaway consiguieron que echáramos en falta más de lo necesario- tuvo una breve pero soberbia intervención. Una aparición que comenzó con un chiste sobre la duración de gala y acabó como un sentido homenaje a Bob Hope, otro mítico presentador de los Oscar que presento la gala en 18 ocasiones.

"Yo presenté ocho y fue una mierda después del segundo", afirmó Crystal que, maravillas de la técnica, dio paso al propio Hope (fallecido el 27 de julio de 2003) que apareció cual holograma en el escenario del Teatro Kodak para presentar a Robert Downey Jr. y Jude Law.

LA CHISPA DE BULLOCK

Entre los presentadores también destacó Sandra Bullock que estuvo bastante simpática a la hora de anunciar el Oscar a mejor actor. La ganadora de la estatuilla el año pasado se salió de sopor general de la gala y tuvo unas palabras de cariño para cada uno de los nominados: "Javier, hola", dijo en español para saludar a Bardem para después señalar a Jeff Bridges y recriminarle su afán acaparador: "Ganaste el año pasado, deja algo para los demás".

Siguió con el protagonista de La Red Social, Jesse Eisenberg, al que pidió que le aceptara de una vez como amiga en Facebook; a Colin Firth, "me han dicho que tu película también le gustó a la reina", apuntó; y por último a James Franco. Al presetador de la gala y protagonista de 127 horas le culpó de que las madres de medio país lleguen tarde a buscar a sus hijos al colegio por verle en televisión.

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